Capitulo 25 - LLegaste a mi

Creo que esta noche se había convertido en la mas larga de mi vida. Pensé que la gente decía que cuanto mas tenias que pensar y mas difícil era la elección el día se hacia mas corto, pero para mi la salida del sol se me había hecho eterna.
Me había pasado toda la noche repasando a Dani y a Xabi. Sus actitudes, sus gestos, sus palabras, sus miradas, practicamente había repasado cada segundo de mi vida con ellos durante estos cuatro meses. Me había convertido en una especie de detective que intentaba buscar una razón, por mínima que fuera, para elegir a uno y no al otro. No era fácil hacerlo con la presión que sentía en esos momentos, mi cabeza me decía que un segundo mas que tardara en decidirme también era un segundo mas que sufrirían Dani y Xabi, por eso tenia que decidirme cuanto antes.
Después de tantas horas en las que pensé e hice innumerables listas mentales de pros y contras, las cuales no me sirvieron para nada, conseguí la respuesta que tanto ansiaba. No necesitaba listas para saber que él era el chico que quería a mi lado porque aunque esa persona tuviera mas contras que la otra me daría igual. ¡Me daría igual! Seria capaz de perdonarle todos y cada uno de sus defectos porque con poco que hiciera ya me tendría ganada, y lo mas importante: porque le quería. Tanto tiempo para llegar a una conclusión tan simple. Sonaba estúpido ¿no?
No me enorgullecia de todo lo que les había tenido que hacer pasar para llegar a esta conclusión, pero si me llenaba de orgullo el por fin haberlo conseguido. El tener algo tan claro en mi vida como ahora tenia esto.
Esto no significaba que todo había acabado. Las cosas no se iban a poner fáciles, es mas, ahora tocaba lo difícil. Xabi o Dani, uno de los dos seria rechazado.
Marqué el numero y esperé impaciente a que descolgara el teléfono. Ya había esperado mucho tiempo para hacer esto, era tiempo de actuar.
- Hola
- Hola ¿podemos quedar? Necesito hablar contigo de una cosa
- ¿Quedamos a las seis en el parque de enfrente del instituto?
- Esta bien


***

Según pasaban las horas me iba poniendo mas y mas nerviosa. Tenia unas ganas enormes de soltar esto que llevaba por dentro y al mismo tiempo quería quedarme en casa escondida bajo la cama, pero no lo haría. Hoy se completaba el cambio en mi. Daría la cara y no me echaría atrás porque en el fondo sabia que no me iba a arrepentir.
Me había pasado una hora arreglandome para esta cita-no-cita. Puede que lo hubiese visto mil veces, que me hubiese visto con mi peor modelito y con mi peor cara, incluso que hubiera tenido que aguantar mis repentinos cambios de humor, pero iba a estar perfecta para él. Por fin me había aclarado con mis sentimientos y quería estar mas que presentable cuando le dijera que le había elegido a él y que él era el único dueño de mi corazón.
Antes de abrir el armario ya me había hecho un esquema mental de lo que me iba a poner para ese momento tan importante. Esa noche me había imaginado todo lo que iba a pasar, como iba a ir, lo que le iba a decir y lo que iba a decir después... todo estaba en mi cabeza. Tal como había elegido la noche anterior saqué del armario un vestido que hacia casi un año que no me ponía. El vestido simulaba a una camisa larga de color beis con pequeños dibujitos de flores rojas,  tenia pequeños enganches que le daban apariencia de botones y en vez de ser como una camisa normal era sin mangas y con el escote en forma de corazón. Era sencillo, por eso para darle un aspecto mas formal me iba a poner unos botines marrones.
Me ondule el pelo como lo había hecho el día de año nuevo, pero esta vez dejando mi pelo suelto. Terminé maquillandome lo mas sutilmente que me fue posible, pero marcando mis ojos para que resaltaran.

***

Los últimos minutos de espera fueron los peores de todos. Parecía que se estiraban al máximo y que ese tope no llegaba. Estaba nerviosa, sentía calor en todo mi cuerpo, cada vez mi habitación me parecía mas pequeña, como si las paredes hubieran decidido estrecharse. Lo único que quería era salir de ahí cuanto antes.
Me fui de casa media hora antes de la hora en la que había quedado sabiendo que con quince minutos me bastaría e incluso me sobraría para llegar al lugar.
Intenté andar los mas lento posible para que no me tuviera que quedar un cuarto como un monigote allí parada, pero parecía que mis pies tenían otro plan para mi, y en diez minutos ya estaba en mi destino.
Utilicé los veinte minutos que me sobraban para tranquilizarme y pensar en lo que le iba a decir. Sonreí ante la idea de que cuando esta conversación se acabara estaríamos juntos. Eso me dio fuerzas hasta que le vi aparecer.
Como si me hubieran dado un puñetazo en el estomago derrepente sentí que todo el aire de mis pulmones se escapaba al verle caminar hacia mi, y cuando lo tuve enfrente de mi pareció volver derrepente haciendo que mi respiración se acelerara como nunca lo había hecho.
Ahora era cuando me preguntaba como no me había dado cuenta si solo con verle caminar hacia mi cuerpo respondía de esta manera. Al final era verdad que el amor cegaba a las personas.
- Hola
- Hola
Me sentía tonta. Le miraba embobada como si en vez de saludarme me hubiese dicho lo mas bonito que cualquiera se pudiese imaginar. Quería comportarme como una persona normal y decirle lo que le había venido a confesarle, pero las palabras parecían haber volado con mi sentido común.
- ¿Estas bien? - me preguntó al ver que no decía nada
- Si
Intenté recomponerme y actuar como lo hacia normalmente aunque era difícil ahora que lo tenia delante.
- Me estas poniendo nervioso - me dijo sonriendome
"Si tu supieras como estoy yo" A mi lado un flan parecería que estaba quieto, no podía dejar de mover mis pies o tocarme las pulseras que llevaba en el brazo derecho, todo intentando buscar algo que me tranquilizara.
Quería decírselo ya, pero sentía que si se lo decía así derrepente se asustaría o pensaría que estaba loca, así que decidí tantear el terreno primero.
- Quería pedirte perdón, el otro día me pasé contigo, no debí ponerme histérica como lo hice.
- Ah, tranquila - me extrañó su actitud. No se, es como si hubiese estado esperando otra cosa y eso le hubiese decepcionado.
- No, tu tenias razón para enfadarte y yo te grité.
- Vero, no te disculpes. Todo esta bien, en serio.
Él con sus palabras cada vez me convencía mas de que había elegido bien, de que solo con él lograría ser feliz y que mis dudas se alejaran de una vez por todas.
Por mucho que había puesto obstáculos en nuestra relación no había habido día en el que él no estuviera ahí, nunca me había fallado aunque tenia todo el derecho a hacerlo, y aun ahora seguía pensando antes en mi felicidad que en la suya.
- No, no esta todo bien. Tu siempre has estado para mi y yo te he fallado.
- Yo siempre estaré ahí para ti
- Lo se - dije sonriendole. Había llegado la hora - Cuando te conocí nunca me plantee que esto pudiera pasar, que llegara a sentir esto que siento por ti, era algo imposible. Y un día derrepente llegaste a mi y cambiaste mi mundo tal y como lo conocía, hiciste que las cosas que veía complicadas se volvieran sencillas. Estar contigo siempre fue como respirar, ten natural que me daba miedo ponerle nombre a lo que sentía. Se que me ha costado decírtelo, pero eres tu al que quiero a mi lado, se acabaron las dudas.
No me esperaba la reacción que tuvo. Cualquiera hubiera pensado que al haberlo elegido se hubiera alegrado, hubiera venido a donde mi y me hubiera besado. Sin embargo él no lo hizo, se quedó quieto mirándome fijamente a los ojos y con la duda en ellos. Al principio me dolió pensar que igual no creía nada de mis palabras, pero luego entendí que no era por mi. Entonces como su mirada las hubieran invocado las imagenes vinieron a mi.
" Me había levantado después de esa horrorosa noche, tanto pensar había hecho que el cansancio siguiera en mi cuerpo y en mi mente, pero tenia que arreglar esto cuanto antes.
Me levanté de la cama y ande hasta mi escritorio para coger mi móvil. Marqué esos números que ya me sabia de memoria sabiendo que esta posiblemente seria la ultima vez que los marcara.
- Hola - sonó una voz al otro lado del teléfono
- Hola ¿podemos quedar? Necesito hablar contigo.
- ¿Te viene bien a la tarde?
- Preferiría hablarlo ahora
- A las doce en el parque de al lado de tu casa
- Esta bien. Adiós
- Adiós
Me vestí con lo primero que encontré, no estaba de humor para andar probándome modelitos para lo que iba a hacer. Es mas, intentaba pensar lo menos posible en eso. Las palabras que iban a salir de mi boca no iban a ser buenas y todavía no estaba mentalizada para el momento. ¿Podria ver el dolor en sus ojos?
Salí de mi casa y en unos diez minutos ya había llegado al parque. Él ya estaba ahí, sentado en un banco mirando como los niños corrían de un lado a otro.
- Hola - dije sentándome a su lado y mirando en la misma dirección que lo hacia él.
- Hola, bueno ¿que es lo que me quería decir?
- Vamos a dar un paseo
No sabia como se iba a poner de feo la cosa, pero no me apetecía tener publico cuando pasara. Así que me levanté del banco y ande sin rumbo fijo.
Noté como me seguía al ver que yo no paraba de andar. Fue un camino en silencio hasta que lo interrumpió.
- Vero, te conozco. Se que te pasa algo así que sueltalo. - me cogió del brazo e hizo que me pusiera delante de él.
- No se como decírtelo - no podía decírselo mirándole a los ojos. Intentaba sacar fuerzas de donde fuera pero no lo conseguía.
- Lo has elegido a él
No era una pregunta, era una afirmación que me dolió. Sonó tan seguro, como si lo hubiese estado pensando todo este tiempo. ¿Lo había visto él antes que yo?
Un nudo se empezaba a forma en mi garganta y las lágrimas amenazaban con quererse salir de mis ojos. Levanté mi cabeza, despegando mis ojos del suelo de la calle, y le miré a él. Veía el dolor en sus ojos lo que me derrumbaba aun mas.
- Si - y con eso mi voz se quebró.
Nos quedamos unos instantes en silencio en los que solo nos mirábamos. La calle, la gente, todo había desaparecido. Solo estábamos él y yo.
Ahora me preguntaba si había elegido bien, sabia que si, pero ver tanto dolor en sus ojos... No podía hacer como si nada y marcharme y simplemente olvidarme de él. Pese a que mi cabeza me decía que no lo hiciera, lo hice, le abracé todo lo fuerte que pude mientras sentía las lágrimas correr libremente por mis mejillas.
- Todo estará bien - me repetía en el oído mientras movía su mano arriba y abajo por mi espalda.
- Lo siento - dije rompiendo en llanto.
- No pasa nada - sabia que sus palabras eran falsas por llamarlas de una manera al igual que lo hacia para que yo me sintiera mejor ¿como podía estar rechazando a alguien que me quería tanto, que se preocupaba por mi?
- Claro que pasa
- ¿Sabes? Aunque no estés conmigo me alegro de que estés con él, siempre te ha cuidado y se que te quiere, lo noto.
- Gracias
- Ei, ¿para que están los amigos? - dijo intentando poner algo de humor al asunto
- Sabes que te quiero ¿no?
- Lo se "
Ahí murió mi recuerdo haciendome volver al presente.
- Se ha acabado. - dije contestándole a la pregunta que no había formulado
- ¿Estas segura?
- Por una vez se que no me voy a arrepentir. Estoy segura de que lo que siento no es algo pasajero, no hubiera luchado tanto para que esto siguiera adelante sino fuese de otro modo. Te quiero. Desde el primer día que te vi y me ayudaste desde ese momento ya me fije en ti, y después en el pueblo cuando tu siempre estabas ahí para recogerme cuando me caía en pedazos. Te quiero porque has estado luchando por mi aunque sabias que seguramente la batalla la tenias perdida, porque siempre pones mi felicidad por encima de la tuya. ¿Es tan difícil de entender?
Y ahí si llegó el momento que tanto había estado esperando esta tarde. Como si le hubiese empujado el aire vino practicamente corriendo hacia mi. Atrapó mi cara entre sus manos y me besó de esa forma que tanto había deseado que lo hiciera estos últimos días. Dulce pero con pasión, haciendome sentir la chica mas especial del mundo y haciendo desaparecer este.
Por fin tenia a mi chico.
- Te quiero Vero
- Te quiero Xabi
Querido diario:
No ha sido fácil pero lo he conseguido. Tengo a Xabi a mi lado de una vez por todas. No digo que por un momento no dudara de si estaba haciendo lo correcto cuando vi el dolor reflejado en los ojos de Dani, pero cuando estaba hablando con él también podía ver que cuando me dijo que Xabi era bueno para mi sus palabras eran ciertas, y en cierto modo eso me dio una pequeña esperanza de que todo puede ser mas o menos como antes.
De todas formas estoy feliz y supongo que el tiempo lo curará todo, yo por ahora voy a disfrutar de todos los momentos que pase con mi novio. Suena tan raro, pero cuando lo he oído de la boca de Xabi me ha sonado a música celestial. ¡Xabi es mi novio!
Todas la piezas encajan a la perfección y eso me llena de alegría. No puedo pedir mas.

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