Capitulo 3 - Dudas y más dudas

No había pegado ojo. Me había pasado toda la noche dando vueltas en la cama, hasta que empecé ha ver como entraba los primeros rayos de luz a través de las rendijas de mis persiana. No mire la hora, pero suponía que serian las seis de la mañana. Dentro de poco se levantaria mamá. Tenía la costumbre de levantarse pronto aún siendo vacaciones. "Una ama de casa nunca tiene vacaciones" y "Si te despiertas tarde no harás nada productivo en todo el día" eran sus frases favoritas cuando me quejaba de lo cansada que estaba. Pero hoy no estaba cansada por haberme quedado viendo la tele hasta tarde o por haber estado hablando con Mireya hasta las tres de la madrugada. No pude dormir porque me pase toda la noche pensando en lo ocurrido con Tom. Sabía que me tenia que disculpar, lo que pasa es que no sabia como. Y en parte esto pasaba porque no me atrevía. Yo era una de esas chicas que siempre piensan lo que van a decir, se imaginan la situación, el lugar, la conversación, tienen un dialogo como si de un teatro se tratara, incluso suelo pensar la ropa que me pondré, pero cuando llega el momento de la verdad. Nada. Así de simple no hablo, evito la conversación, el problema. Hasta que este me aplasta.
Mi relación con Tom no iba a empeorar simplemente porque no nos hablabamos, pero aún así tengo conciencia y remordimientos. ¿Qué pasaría si me encuentro a Tom y no digo nada? Sabiendo lo que pasó ayer. Igual él podía seguir como si nada pero yo no. No podría volverle a ver sin sentirme culpable, sin sentirme avergonzada. ¡No podría volverle a mirar a los ojos!. Tenia que arreglarlo ¿pero como?. Su grupo y mi grupo no salían juntos no teníamos nada en común...¡Ana! Eso es tenia que hablar con Ana. Tendría que esperar a que fuese una hora mas razonable.


***

Después de desayunar fui a casa de Ana. Ella vivía a unos 15 minutos de donde yo vivía. Con suerte estaría despierta. No es que fuese muy temprano, pero en vacaciones los horarios se alteran. Llegué a casa de Ana a las 11 y media. Me abrió su madre.
   - Hola Vero ¿que tal estas, hacia mucho tiempo que no te veía?
   - Hola, ya sabes con todo esto de estudiar pues el tiempo no da para mucho, pero ahora con las vacaciones seguro que nos vemos mas a menudo.
   - Eso espero - me dijo con una sonrisa en la cara. - Supongo que vendrás a ver a Ana. Ahora la llamo.
   - Gracias.
Ana apareció en la puerta dos minutos después de que su madre desapareciera.
   - Vero ¿estas bien? ¿pasa algo?
Ya se que no venia muy a menudo, pero aun así se debía de notar en mi cara que no pude dormir. Por que según pasaban los segundos Ana mostraba una mayor preocupación.
   - Necesito tu consejo o mejor dicho... tu ayuda. Sobre Tom
Ahora si que estaba realmente desconcertada. Supongo que Tom no le había contado nada. La cara de Ana había pasado de preocupación a asombro para volver a preocupación y un poquito de curiosidad.
   - Claro, vamos.
Cerró la puerta detrás de ella y nos dirigimos a un parque que había cerca. Cuando llegamos os sentamos en un banco que había al frente de los columpios. Como era verano había niños yendo y viniendo por todos lados, corriendo a por otros niño o corriendo para que sus madres no los alcanzaran. En ese momento quería volver a ser una niña. Ser como esos niños que corrían libres, sin preocupaciones en la cabeza, solo se divertían, pero la realidad era otra, y tenia que enfrentarla.
   - Dime Vero, ¿qué ha pasado con Tom?
   - Bueno en el día de la fiesta en la playa... - sabia que necesitaba la ayuda de Ana, pero me costaba contarla las cosas, era mi amiga, pero no tenia tanta confianza como con Mireya. Ana me asentía para que la siguiera contando, por lo que tomé respire profundamente y continué.- vino donde yo estaba sentada y empezó a molestarme con esa chulería que el tiene. Decidí irme, pero me siguió y termine por gritarle y pensé que solo se reiría de mi como hace siempre, pero se fue... y me siento fatal. Me quiero disculpar con el y aunque supiera como no es que salgamos con la misma gente, ni que salgamos en los mismos lugares...
   - Por eso has venido a mi - dijo con una sonrisa Ana finalizando mi frase, me cogió una mano- conozco a Tom desde hace tiempo y tranquila estará bien, hablaré con él.
   - Prefiero ir a hablar yo con él, pero gracias de todas maneras.
   - Como quieras, supongo que hoy estará en el campo (campo de fútbol).
Después de despedirme de Ana me fui a casa. Según entraba mi madre me gritó desde la cocina, seguramente estaría preparando la comida.
   - Mireya llamó justo después de que te fueras.
   - Vale, ahora la llamo.
Me fui al salón y me acomodé en el salón antes de llamarla. Agarré el teléfono y marqué su número. Descolgó al tercer timbre.
   - Vero ¿estas bien? ¿donde te metiste ayer?
   - Si, estoy bien. Solo necesitaba un poco de aire así que me fui a pasear. Ya sabes como soy.
   - Por eso, como se como eres te noto raro. Además ¿por qué no estabas en casa? Si tu odias salir por las mañanas.
Mireya tenia razón, me conocía. Me conocía casi incluso mejor que yo, era una tontería no contarle lo que había pasado. Mireya tampoco era una gran fan de Tom pero sabia que mas que por él, lo tenia que hacer para sentirme bien. No me gustaba nada estar peleada con las personas. Necesitaba arreglarlo aunque fuese una tontería lo que había ocurrido.

***

Por la tarde me dirigí a donde estaba Tom. No es que estuviera muy lejos, pero el no saber como iba a afrontar las cosas no ayudaba a que mi paso fuera mas rápido, por lo que tardé una media hora en llegar. Entre y todavía estaba entrenando con sus amigos. Me senté en una de las gradas que estaba mas alejada, quería ser invisible mientras terminaran su partido. No se si era un alivio el que todavía siguieran jugando. Me daba mas tiempo para pensar lo que le iba a decir, pero también para dudar y para que mis nervios aumentaran considerablemente.
Llevaba sentada diez minutos cuando  noté que se estaban yendo hacia los vestuarios. La verdad es que no había prestado mucha atención al partido y tampoco iba a ser relevante lo que pasara en él para lo que venia ahora. Decidí esperarle a la salida del campo. A los quince minutos empezaron a salir unos cuantos, pero Tom no estaba entre ellos. Reconocí a algunos como amigos de Ana y por consiguiente de Tom.
Tom salió con otro chico. El chico era alto, musculoso, pero no del modo armario empotrado, castaño muy clarito, casi se le podría llamar rubio y tenia unos ojos grises que podrían enamorar a cualquier chica. Tom era todo lo contrario al chico salvo por lo musculoso y la altura. Tom tenia el pelo castaño oscuro, tenia unos ojos marrones claritos, que se podría decir que se parecían a la miel y él siempre mostraba esa sonrisa arrogante que le caracterizaba.
El chico que lo acompañaba se dio cuenta de mi presencia y le hizo una seña a Tom con la cabeza. Este inmediatamente miró en la dirección que le indicaba.
¿Os acordáis de la sonrisa arrogante de la que hablaba hace un momento? Vale, pues la estaba mostrando en estos momentos.
   - ¿Nos vemos luego Adrián?
   - Claro
O sea que ese era el nombre del chico. Cuando Adrián paso por mi lado me sonrió. Tenia una sonrisa bonita, de estas que te hacen responderla con otra. Por lo que le respondí con lo que se podría decir que era una sonrisa, pues me había puesto roja. No es que fuera muy frecuente en mi vida que chicos como Adrián me fueran sonriendo. Me dí la vuelta para enfrentar a Tom. No sabia como empezar, pero no me tuve que comer mucho el coco, ya que fue Tom el que habló.
   - Primero me dices que me aleje de ti y ¿ahora me vienes acosando? ¿Eres bipolar o algo así?
No me lo podía creer. ¿Como se atrevía ha decirme eso? Sabia que había venido a disculparme sobre lo que ocurrió en la playa, pero no me podía decir eso, aunque lo que le había le hubiese molestado.
   - ¿Pero que dices de acosar? ¿Quien te iba a acosar a ti? Al parecer no hable claro ayer. ¡No todo el mundo eres tu! ¡Hay cosas mas importantes!
  - Admitelo solo estas celosa y por eso me tratas de esta manera
  - Venia a disculparme por lo que había dicho pero no merece la pena por que al final tengo razón. Eres lo que te dije y mas. ¿ Y de que debería estar celosa? Yo tengo mas pesonalidad que todas esas juntas. ¡Enterate! ¡Eres un idiota!
Poco a poco nos habíamos estado acercando a medida de que las palabras salían de nuestras bocas. No podía creer que en algún momento me hubiera sentido mal por él. Estaba claro que no le había afectado lo mas mínimo y lo único que había conseguido era malgastar mi tiempo, no había dormido en toda la noche y encima ahora mismo solo sentía rabia en mi. Estaba harta de Tom. Le empujé para irme, las cosas ya estaban claras para mi. Se podía ir al infierno. Lo único que íbamos a conseguir en este punto era acabar matándolo, pero cuando lo empujé él me agarró. Lo miré a los ojos e iba a empezar a gritar que me soltara, pero las palabras no llegaron a salir de mi boca, por que me besó. Me besó. Me quedé paralizada. Tom me estaba besando. Poco a poco empecé a aclarar mis ideas y me aparté.
   - ¿Pero quién te crees que eres?- le dí un tortazo. No podía pensar con claridad, pero no podía hace conmigo lo que le diera la gana - No soy tu juguete. No puedes hacer conmigo lo que te de la gana. No te vuelvas a acercar a mi.
No dijo nada solo se me quedo mirando fijamente. Me di la vuelta y caminé de regreso a casa. Seguía confundida por lo que había pasado. ¿Por qué me había besado? Esta claro que no le gustaba ¿no?. Nadie va tratando así a la gente que le gusta. La rabia y la confusión se mezclaban. Rabia por su actitud, por lo que me había dicho, por haberme tratado como a un juguete y confusión porque no podía entender porque me trataba así, por que me había besado.
Tantas eran las cosas que me rondaban la cabeza que no me di cuenta cuando llegué a casa. Lo hice todo automaticamente, como si fuera un robot. Cené, pero no hable, vi la tele, pero no veía nada en la tele, fui a mi cuarto, me cambie y me metí en la cama. Sabía que tampoco iba a dormir. ¿Como iba a dormir después de lo que había pasado? Me levanté de la cama. No sabia cuanto tiempo había pasado desde que me había metido, supuse que aunque se me habían hecho como horas en realidad no llegaría ni a una. Empecé a dar vueltas en la habitación. ¿Como había podido llegar hasta este punto? Necesitaba contárselo a alguien, pero ya era demasiado tarde. Fui a la cómoda donde guardaba el diario y lo abrí por la marca que había dejado el día anterior. Me volví a meter en la cama.

Querido diario:
No se ni por donde empezar. Primero me siento estúpida por pensar que Tom podía sentir algo, que le hice daño con los comentarios de ayer, bueno por la hora que es lo que le dije el otro día, pero eso es lo de menos. No pude dormir por lo mal que me sentía, porque pensé que había sido cruel diciéndole todas esas cosas sin pensar. Lo segundo es que siento rabia por lo que ha pasado como puede decir esas cosas, nadie puede ser así realmente, pero el parece que es la excepción que confirma la regla. También siento rabia porque me besó, ¿que intentaba demostrar? porque no puede hacer eso porque sienta por mi. Eso es imposible. Seguro que lo ha hecho para molestarme o para demostrar algo. Si es lo primero lo a conseguido. No puedo pensar en otra cosa que no sea el beso. Bueno si hay algo mas. Lo tercero que me molesta. Se quedo ahí parado sin decir nada. No me entiendas mal no quería que dijera nada o bueno si. No se. Estoy hecha un lío, pero si lo hizo para demostrar sus locas teorías de que estoy celosa de su club de fans, ¿por qué no soltó ningún comentario? como "ves como te gusto" o algo parecido. No es que sea verdad. No reacciones antes porque me tomó por sorpresa. Además a mi me gusta Dani desde hace tiempo y a Tom ni lo aguanto. No te pueden gustar dos personas a la vez ¿no?. No. Definitivamente no. Aunque me pudiera gustar otra persona aparte de Dani, ese no seria Tom.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Capitulo 13 - ¿Qué he hecho?

Capitulo 6 - Algo sencillo

Capitulo 12 - Nuevos sentimientos